sábado, 26 de febrero de 2011

Arte y artista: la magia del arte.

Además de abordar el mapa conceptual que he desarrollado sobre arte, voy a intentar defender las palabras de Jean Dubuffet en torno al mismo concepto: «el arte es la novedad».

Pertenecientes a su época, han pasado a los libros de arte aquellos autores que de alguna manera innovaban en su práctica artística, y aunque siempre gozaban de buena técnica expresiva, pasaban a los manuales por introducir nuevas perspectivas y enfoques estéticos dentro de lo que hasta su momento social era arte.



Entiendo que el “círculo de influencia artística” de cada individuo es la base de su capacidad de expresión: educación artística y general, sus gustos personales inducidos o generados personalmente… o simplemente sus inquietudes acerca del mundo concretarán su necesidad expresiva o comunicativa. A partir de estos elementos, el artista realizará su obra a través de la técnica que elija, pero siempre estará “limitado” por lo que su momento histórico y estilo artístico le pueda aportar en cultura, conocimientos y técnica a lo largo de su vida. En esta segunda línea de influencias sobre la obra incluyo la posible evolución personal del artista desde su nacimiento como tal y las influencias que clientes, público o “comunidad crítica” pudieran realizar a lo largo de su obra artística.
En el encuentro artístico, donde se producirá el acercamiento de los dos protagonistas de la “manifestación estética”, veremos si los códigos personales de artista y observador (ambos influidos y concretados por su círculo de influencia) son convergentes o divergentes, resultando la deseada “obra de arte” o un simple objeto, respectivamente.
Aquí tengo que declarar que lo maravilloso de la materialización del arte es la posibilidad de poner en contacto a personas que jamás se conocerán, pero tienen sensibilidades homólogas. Superando una distancia espacial o temporal, la compatibilidad sensorial hace que podamos apreciar obras de hace años o siglos y las disfrutemos aunque existan diferencias en la sociedad, la cultura o el siglo de origen de artista y observador.
Termino apoyando las palabras de Dubuffet, y no sólo en el sentido que se pudiesen entender desde la historia del arte o la evolución de las experiencias estéticas del ser humano. Creo que la novedad no tiene porqué estar relacionada únicamente con la cronología histórica y crítica, descubrir nuevos artistas y emocionarnos es el objetivo del arte, ya sean autores actuales o pasados, no dejan de ser novedad. Por si no me he explicado bien, quiero decir que es increíble que códigos artísticos generados en el siglo XX se puedan emocionar con los del siglo XVII. Esa es la magia del arte.

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