sábado, 5 de marzo de 2011

Comentario a los textos de Danto y Geertz.

Para comentar los artículos sobre “el final del arte” y “arte como sistema cultural” voy a volver a la cita de Dubuffet que ya utilicé para la anterior entrada, y que resume mi visión general para el concepto que estamos trabajando: “el arte es la novedad”.
Quiero empezar marcando el hecho de que cada vez es más difícil provocar la sensación de sorpresa en la percepción estética debida a la continua muestra de imágenes por los medios de comunicación a nivel global. Comenzando por el nacimiento de la fotografía y el cine, la televisión e internet nos ofrecen conocer hasta el último rincón del planeta. Estoy de acuerdo con Arthur Danto en que para imaginar solo contamos con las formas que conocemos, pero añado que últimamente me sorprenden profundamente las combinaciones y transformaciones (en movimiento) de formas que el desarrollo de los efectos visuales y el retoque digital pueden ofrecernos. Es decir, la imaginación y la creatividad tienen hoy día un peso mayormente dinámico.
Por todo esto me confirmo en la idea de que el arte no puede entenderse si no es dentro de su contexto temporal y cultural, y en nuestros días las imágenes en movimiento son el pan nuestro de cada día en gran parte de obras artísticas. Así como el descubrimiento de la perspectiva, los ideales románticos de individualidad, el desarrollo del hormigón y el acero, la cámara en todos sus campo fueron en sus momentos cambios revolucionarios, hoy las redes de comunicación y nuevas tecnologías se convierten en las herramientas que hacen evolucionar o modificar la práctica expresiva a un ritmo imparable. Por supuesto no solo desde el punto de vista técnico, sino porque también provocan la reflexión en la persona que lo utiliza, llevándolo a descubrir nuevas formas de comunicar lo que pretende, qué comunicar o a quién concretamente. Por ello, volviendo al dinamismo como elemento actual en el arte, también nos hemos acostumbrado hace tiempo a contar historias fuera del entorno literario y musical: comic, cine, novela gráfica…etc, las artes visuales se han sumergido también en la narrativa, dejando de ser meros objetos estáticos que contemplar. Luego no, el arte se puede haber reconvertido en filosofía al desarrollarse el artista actual como generador de ideas, pero no ha muerto.
Si pintura y escultura están algo olvidadas o ya no suelen sorprendernos como lo hacían es porque el artista se siente más cómodo en la novedad, en lo último que ofrece la técnica, en lo que se acaba de descubrir y permite formas distintas de expresión…pero quiero defender a estas formas clásicas de arte porque siempre serán insustituibles a la hora de llenar el rincón de una estancia. ¿O acaso llegará el momento en que tendremos multitud de pantallas de video cambiantes en nuestras casas como decoración? Me parecería energéticamente poco responsable y psicológicamente insostenible…un capricho.
Voy a intentar exponer algunas ideas en torno a estas palabras del capítulo de Clifford Geertz:
“…parte del equipamiento mental con el que un hombre ordena su experiencia visual es variable…y culturalmente relativo, en el sentido que está determinado por la sociedad que ha influido en su experiencia.”
“El artista trabaja con las capacidades de su audiencia…con su comprensión.”
Volviendo a eso de que “ya está todo el planeta visto”, las inquietudes visuales humanas parece que han pasado un gran peso del campo estético al psicológico. La sensación, el morbo, la violencia o el escándalo que en general muestran los medios de comunicación son la respuesta a que el telespectador quizás desea adentrarse en lo que sienten y piensan los demás, mostrar la realidad aunque sea de manera programada y poco atenta con las personas. Y el arte tampoco se escapa de esta tendencia al realismo, como respuesta a estos cambios culturales en la audiencia, y desde “Shoot” de Chris Burden al drama social europeo de los últimos años, se presentan obras que pretenden llegar a nosotros a través de nuestra fibra más sensible, olvidando la presencia de la belleza pura y abogando por una actividad mental más profunda y reflexiva. El objetivo es hacer reflexionar de manera visual. Creo que la afirmación de Donis A. Dondis en torno a la educación artística refleja bien esta idea:

"La invención de la cámara...los medios visuales...modificarán nuestra definición, no solo de la educación, sino de la inteligencia misma."

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